viernes

COMO UNA ORACIÓN

No puedo retenerte.
mis manos son etéreas y escapas en neblina,
todo, todo ante mis ojos muere, y tú sigues aquí en mis pupilas.

Aquí estoy como sombra inmortal
contemplando tu amor diseminado,
mirando tu aletear que es tan cercano y tan lejos de mi y de mis manos.

No puedo retenerte y oscura es mi existencia mientras vivo y muero.
en este estar de tanto quiero.

Allí estas, moviéndote en la brisa,
estremeciendo mi piel florida de deseos.
Allí estas dejando los murmullos cual ruido de cascadas
mientras mi alma se pierde en los espejos.

Y es que he de amarte al infinito
porque infinito es el cielo en que me llevas,
en los cantos de amor que trae la brisa y este amor encendido entre mis venas.
No puedo retenerte.
mis manos son etéreas y escapas en neblina,
todo, todo ante mis ojos muere, y tú sigues aquí en mis pupilas.

Como quisiera ser flor entre tus manos,
ser fragancia que inunde tus sentidos
tu ser, tu alma, tus quejidos,
tus ansias de querer en un oasis aplacando este amor desprevenido.

Aquí estoy en la ventana de mi abierta herida,
colgado de la luna mirando tus destellos,
y pasas, y al pasar me dejas crepúsculos de aurora entre mis dedos.

Y pasas, y al pasar escucho tu canción.
Tu canción de estrellas con luz del desamor.

No puedo retenerte.
Mis manos son etéreas y escapas en neblina,
todo, todo ante mis ojos muere, y tú sigues aquí en mis pupilas.