viernes

Aquí estoy para seguir Aquí estoy sin detenerme, sin dejar de crecer, sin dejar de ser feliz a pesar del agua que me baña. Aquí estoy con mis alientos, desafiando el viento, expresando el amor más infinito y el ansia de llegar a mi horizonte. Si, estoy con mis palabras, palabras compartidas con versos y poetas, con gentes que sueñan horizontes a pesar del desierto y de las formas. No importa el derribar que nos lastime en ese tránsito que también enseña. Aquí estoy aportando mi soñar, el soñar que me hace libre, arañando el viento que circunda para no caer en el silencio, para no dejar de ver tanta hermosura hasta en las cosas más pequeñas. Aquí estoy caminando en esta vida, viviendo intensamente sin temores y aprendiendo. Aquí estoy en la burbuja del vivir muriendo, sintiendo mis debilidades y destellos negativos de mis actos, disminuido en las cosas que me hacen revisarme y hasta sentir el no querer seguir viviendo. Aquí estoy buscando la energía que me encumbre, que me saque de este mundo de tránsito y doloroso para poder llegar hasta la fuente de luz que está en los cielos. Poder llegar a ser autentico en esta en esta tierra de aprendizaje basada en el principio del amor a los demás. Ser vulnerables, aprender, aprender y aprender para crecer y así poder llegar a recorrer el camino espiritual de lo auténtico como es el camino hacia los cielos. Aquí estoy abrazando los conceptos, buscando los cambios para poder seguir avanzando hacia el hogar divino. Hacia esos bordes del universo donde nuestra vida en la tierra es solo un grano de arena. Entender el propósito de aprendizaje y poder amar y amar/amando todo cuanto nos rodea. Amar todos los seres igual que nos amamos a nosotros mismos. Intuir y escuchar nuestra voz interior, esa con la cual podemos interactuar con Dios. Dejar atrás el prejuicio a pesar de las heridas que nos causen o que causemos. Perdonar y perdonarnos todo lo vulnerable para poder alejarnos del rencor y crecer hacia esa infinitud más allá de las auroras.

martes

CONTIGO EN EL RECUERDO Preso estoy en ti con negaciones, con ausencia de amor indefinido, como un limbo que atrapa los poemas en un abismo de promesas idas. Cautivo soy desde el espacio incierto donde el verso se fuga en un retiro donde no encuentro las lunas cómplices de besos ni los soles de amor con fuegos encendidos. Mis ojos ciegos vislumbraran tu figura, y en mi latir tus manos buscando la caricia, el dulce roce que embriagará el instante, para nombrarte siempre, para morir siguiéndote. Cautivo de un final contigo en el recuerdo, en los labios de ayer diciendo nuestros nombres, con las noches de amor y los espejos de dos bajo la luna. Gerardo Omaña Márquez