miércoles

¡CÓMO NO QUERERTE!

Cómo no quererte!
Si llegas a mi alma con furia de huracanes, si envuelves mi pensar de torbellinos,
si mi insomnio te besa en madrugadas.

¡Cómo no quererte!
Si estás noche tras noche arrullando mi piel con tus caricias,
despertando mis sueños con tu voz y tu sonrisa.

¡Cómo no quererte!
Si en cada amanecer eres aurora llenándome de luces toda mi alma,
Si tu aliento me llega cual rocío,
si tus ojos se posan dejando entre los míos,
un verso de ternura que me calma.

Si siempre vas dejando la huella de un amor desmesurado,
de un amor que tramonta el infinito, gigante e inacabado.
Ese amor que se eleva como el viento, deletreando en el aire tu hermosura,
tu alegría, tu cadencia, tu dulzura, tus ganas con mis ganas en un soplo de amor y de ternura.

¡Cómo no quererte!
si quiero fundirme en tu pasado, en tu hoy, en tu mañana,
en tu aquí, en tu allá
y las benditas formas que el tiempo te regala.

Si mi piel llama tu piel con el recuerdo de noches bellas que pasaron,
tu en mí, yo en ti, hirviendo en un llama, con las ansias benditas de unas bocas diciendo como se ama.

Si te miro y me llevo tu mirada, me llevo tu sonrisa en las manos cerradas,
y escondo tu mirada y escondo tu sonrisa...sin que tú sepas nada.

¡Cómo no quererte!
si sosiego el callar de la nostalgia,
tal vez no calle las ansias de la muerte y moriré callando... las ganas de tenerte.

lunes

Y LLEGA LA TARDE

Y llega la tarde
con el crepúsculo lejano sembrando los colores que me recuerdan tu ausencia.
Colores punsantes.
Y se hace la noche, desprendida de silencios en calma, que fluyen erráticos buscando mi alma y volviendose frios en la oscuridad del recuerdo.
Y sigue la noche trashumante vagando hacia la aurora en una quietud que desentona la realidad del abismo, donde se plasma el desencuentro de tu voz y de mi llanto.
Y llega la aurora para hacerse luz ante mis ojos que borrosos dejan caer las lágrimas al no encontrar los tuyos.
Así me duermo. Acompañado de la imagen de montañas frias que denotan mis ventanas. Susurro a ciegas y me vuelvo de nuevo noche desgajada entre las sabanas. Las estrellas palpitan entregando su luz como un convite de alborozados rescoldos. Andando sobre mi rostro, se blinda de zarzas y ya no alegre deambula entre entre el dolor que da el silencio.

A LA ORILLA DEL MAR

A LA ORILLA DEL MAR

Hoy estoy sentado frente al mar
escuchando el susurro de las olas
mientras me bañan sus gotas salobres.

Siento el viento de la tarde
con un sol desvanecido en la hora del crepusculo.

A lo lejos una barcasa se mueve
y juegan las gaviotas sus contornos.

Me apego a la arena y hundo mis manos
para jugar con ella entre mis dedos.

siento el relax y me tiendo para mirar el cielo
me pierdo en su azul que ya oscurese
mientras decido esperar a las estrellas.

jueves

TAL VEZ ME VAYA

Tal vez me vaya:
como gajo de luz para alumbrar las sombras.
Como río besando las orillas y dejando la espuma entre las piedras.
Tal vez con alegría, tal vez con la tristeza,
buscando un paraiso para luego perderte con el llanto.
Quizás me vaya apagando los fuegos de dolor y pena
para aquietarme en la condena de mis hechos.
Conmigo vendrá todo:
la luz de mis fracasos, las nieblas del olvido, las horas taciturnas y el dulce crepitar de tus sonidos.
Me iré para buscarte allá en las soledades,
allá con la esperanza, allá con mis pesares.
Tal vez me vaya, y entonces me encuentres más cercano
más cerca de tu alma y más cerca de tus manos.

miércoles

NADIE TE SALVARÁ

La luz que te va alumbrando no será la última luz en tus pupilas; y no podrás salvarte del amor, de la fe
y las palabras en el transito poeta que hoy caminas.

Nadie hablará por ti,
Pues cada quien su alma lleva rota con espinas, flores
y lágrimas cayendo hasta su boca.
Nadie te salvará de tu propio pensamiento,
Del descoser los nudos amarrados en tu pecho,
De sentir la soledad que te llega con el viento
para cambiar tu piel con la luz interior que crepita en tus entrañas.

Nadie te salvará, nadie te protegerá,
Tu piel será cortada, tu fe destrozada,
Tu corazón robado, y sin embrago
¡Seguirás viviendo a fe de esperanzas!

domingo

POESIA CON... MARIA ELENA PONCE

SOMOS ALMA


Aquí estoy y sensitivo con la fuerza increíble
De mis ansias.
Amando tu alma desde mi alma en una dimensión de catedrales.
Oyendo el tañir de las campanas
que al viento lanzan mi dolor y mi alegría.

Aquí estoy en reflexión y amando todavía,
las luces que prosperan o adversan fantasías.
Aquí estoy... y es con mi alma que te hablo vida mía.

Por eso es este amar y este amaré
en la esencia de estar y conocerte,
del compartir al comprenderte,
de sentir el hechizo por amarte

Por eso nuestro sentimiento,
es un amor que entrelaza con ternura la confianza,
la amistad traída por el tiempo.

Y es la confianza esperanza firme en nuestro apoyo,
en el ánimo que alienta la fe,
es el susurro del arrollo
pues somos corazón,
amor
y vida.



María Elena Ponce dijo...

Aquí ando…
Peregrinando cada sentir
que se esconde tras las puertas.


Y trato de entender
el lenguaje del arroyo
que humedece con sus gotas
cada nota que desprenden las campanas.

Porque el amor es así,
mil razones de auroras y ocasos,
y magia en el aroma de las flores
en ese estar en ti y en mí,
como mil formas de sentir
asidas a las alas de los pájaros,
para dejarlos luego caer sobre el alma
como dulces palabras
que conjugan iteradamente
las infinitas texturas y formas
de con cuanta intensidad se ama.

martes

POESIA CON... MARIA ELENA PONCE




JUEGO DE SOMBRA Y LUZ


Leve la cotumbre
se deja arrastrar al olvido
y llegan para hacer conjuros
como recien salidos del vientre
corazón, sentir y manos.

Con entrecortada respiración
se adhieren a su herida
las sombras que deliran
en cada triturar de grillos.

Más la luna tras las nubes
sigue siendo pájaro herido
de trinar adolorido,
mientras la noche se quiebra
una vez más doblando sus bordes
de negricima y suave seda.

Y aunque fiera se resiste
débil adelgaza su bonanza
de silencio y oscuridad,
porque aunque reniegue
debe su imponencia doblegar,
para que el día vuelva a incendiar
de azul y luz los ojos,
sembrando otro amanecer
de fe y esperanza en el alma.

María Elena Ponce.

***

Llega la tristeza
y se deja llevar a la melancolía,
invocando sortilegios que estremescan
su angustia, se ovilla reclinada en devaneos.

La tristeza se entorna
y le envuelve para acuñar sus lágrimas
que el pecho adolorido no contiene.

Con un suspiro triste
se agolpan los recuerdos
y crecen más sus miedos
mientras la noche alarga su congoja.

La aurora distante le priva sus fulgores
meciendo su dolor bajo la luna,
mientras teje el pensar de sus amores
en la niebla sutil de alrrededores.

Ya fragil la tristeza va cediendo
y un brillo de sus ojos como sombra y luz
ya son aurora.

Gerardo Omaña Márquez