miércoles

Dolor de una tarde.

De una distancia a otra más lejana
me invade tu recuerdo.
Allí junto a un crepúsculo me envuelvo en el pasado.
En las cosas que fueron como un canto,
con tus ojos y mis ojos,
con tus manos y mis manos.

El campo nace en ti y todo es bello.
Un campo florecido.
Umbral de verdes prados
donde tus labios fueron agua fresca.

Y ahora este dolor por no tenerte,
con sol y abrojos donde suda mi piel
aguas de ausencia
y tu rostro viajando entre las nubes,
como hoja que se lleva el viento,
girando en torbellinos que se alejan
para posar en otros brazos.

Y ahora este dolor que me arranca la tarde,
este espacio lastimado por tu ausencia.