lunes

Y LLEGA LA TARDE

Y llega la tarde
con el crepúsculo lejano sembrando los colores que me recuerdan tu ausencia.
Colores punsantes.
Y se hace la noche, desprendida de silencios en calma, que fluyen erráticos buscando mi alma y volviendose frios en la oscuridad del recuerdo.
Y sigue la noche trashumante vagando hacia la aurora en una quietud que desentona la realidad del abismo, donde se plasma el desencuentro de tu voz y de mi llanto.
Y llega la aurora para hacerse luz ante mis ojos que borrosos dejan caer las lágrimas al no encontrar los tuyos.
Así me duermo. Acompañado de la imagen de montañas frias que denotan mis ventanas. Susurro a ciegas y me vuelvo de nuevo noche desgajada entre las sabanas. Las estrellas palpitan entregando su luz como un convite de alborozados rescoldos. Andando sobre mi rostro, se blinda de zarzas y ya no alegre deambula entre entre el dolor que da el silencio.

2 comentarios:

María Elena Ponce dijo...

La tarde se pasea como corocoras rojas ante mis ojos. Tus palabras de zarza encendida son caudal desvocado de silencio y melancolía.

Hermoso poema.

Llegue a tí desde mi ventana un abrazo

María Elena Ponce dijo...

La tarde revolotea como corocoras rojas ante mis ojos. Tus palabras de zarza encendida se tornan caudal desvocado de silencio y melancolía en mi alma

Desde mi ventana llegue a ti un abrazo

Hermoso poema